jueves, julio 06, 2006


Intento levantarme del suelo donde caí por error, pero no consigo adivinar cual es la orientación adecuada para las piernas.
Un cansancio desorbitado hunde mi cuerpo en el suelo. Sopor estival y espacio para que la mente se relaje trayendo hacia la primera capa todo aquello que lubrica el engranaje.
Recuerdo entonces los momentos que pasé con mi hijo cerca del mar. Un silencio mortecino y la sensación inigualable de su pelo cerca de mis labios. Besos para sus frágiles cabellos. Pensar en el olor de su piel y el calor de sus manos agudiza mi sentimiento de padre y me obliga a creer que la vida establece puntos de control en el camino y que yo estoy en uno de ellos. El responsable de este control es él. Pequeño episodio decisivo en cualquiera de mis acciones desde el momento en que vio la luz.
Oír sus pasos descalzos provoca que mi cerebro de la orden a todas aquellas sustancias liberadoras de a.m.o.r., para que entren en acción. Caigo en un letargo placentero. Una anestesia aplastante que anula mi voluntad y que sólo venzo pasados unos minutos con el convencimiento de que todo esto es una trampa de la naturaleza para que sigamos procreando y el mundo disponga de una fuente inagotable de consumidores.

Una vez terminada la tormenta de celofán se me vienen a la cabeza imágenes crueles de difícil comprensión y reproducción en pocas líneas. El esplendor y la decrepitud son las dos páginas de una misma hoja. Un libro a rellenar que hasta hace poco sólo era una libreta de hojas blancas y que ahora cuido en todos los detalles cuando me dispongo a rellenarlo.

Lo cierto es que todo es cuestión de tiempo y tiempo es precisamente lo que necesito. El mal uso del mismo en acciones propias de un imbécil reduce drásticamente mi capacidad para adentrarme en el esceario. Mis ojos son controlados por Windows xp y me temo que mi corazón también.

No es una queja. Es una realidad ineludible. No se salir de ella y entiendo que los mecanismos están a mi alcance. Seguiremos en el empeño. Mientras tanto disfrutemos de nuestra incertidumbre.

3 comentarios:

Unknown dijo...

No sabía que el día del padre lo habían retrasado hasta julio. En fin debe ser el calor irradiado por las máquinas que nos manejan.


Un saludo y un beso en la frente a tu elogiado retoño.

montaman dijo...

!!!!!!!!!

soyaliki dijo...

Esta visto que estas hecho un padrazo. Besos chulo.