martes, julio 11, 2006


Me asusto cuando veo desfilar delante de mis propios ojos una legión de soldadores de cuerpos buscando nuevos clientes.
Antes de proseguir tendremos que digerir todo lo que consumimos en las puertas del Palacio. Toneladas de residuos excedentes de producción que vuelven a nosotros en concepto de pago de intereses.
Ahora que veo cerca el final de nuestra nueva oportunidad me permito rescatar de tu conciencia aquellos sonidos que nos hicieron ser una sola voz. Retomaremos su timbre y cantaremos esa canción que tan mal entonábamos.

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