miércoles, marzo 01, 2006


Hace poco he descubierto que tengo un vecino voyeur.
No fue un descubrimiento propio. Fueron unos amigos los que me dieron tan grata noticia. Usa prismáticos y vive en un segundo.

Mi barrio está situado en una zona nueva, antes marginal y ahora venida a más como lecho de jóvenes parejas de clase media que buscan su primer nido para procrear y llenar el planeta de nuevas criaturas adorables. Yo mismo soy uno de ellos.

Lo cierto es que al ser un barrio joven no tiene aun leyendas, ni personajes documentados en la imaginación de inquilinos estratificados por el paso del tiempo.
Es por esta razón por la que la llegada del voyeur del segundo debería ser acogida como agua de mayo por este incipiente núcleo residencial (que es como gusta ser llamado en las facturas del banco). En esto creo que no todos mis vecinos estarían de acuerdo conmigo.

El caso es que hay un voyeur en el barrio (al menos uno reconocido y pillado in fraganti en el ejercicio de su vicio).
Vive en los pisos que están enfrentados al mío. Sólo nos separan un proyecto rudimentario de plaza con zona recreativa y un puñado de arbustos enclenques. La distancia no creo que llegue a 30 ó 40 metros.

Desde que vivo aquí siempre me he fijado en su terraza sin saber que el cuidador de ese jardín del Edén en miniatura podía ser un fisgón. Si tuviera su teléfono le llamaría para advertirle de su desacierto a la hora de elegir el tejido de la cortina. Es demasiado liviano y no oculta sus intenciones. Esto delata su falta de profesionalidad.

Ahora cada vez que paso por el ventanal del salón procuro no ponerme esas camisetas viejas que tan mala presencia me dan. No me gustaría aparecer en sus pensamientos con esa indumentaria tan barriobajera. En el fondo soy todo un señor al que le encanta ser observado. Puede que sea una manera de compensar mi insípido comportamiento social. Eso ya lo analizaremos en otro momento.

Bienvenido vecino voyeur.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

JAJAJAJA.
ME ENCANTA.

LA CANIJA.

Unknown dijo...

Ten cuidado montaman, porque creo que el voyeur es más de vigilancia nocturna. Espera paciente el momento en el que, si la cortina lo permite, las parejas, en un momento de pasión, se descuidan y dejan la luz de la mesita de noche encendida provocando sombras chinescas que alimentan su kamasutra particular.

montaman dijo...

querido doctor.
Eso me preocupa más. Me va a obligar a manener el tipo en todo momento.
Me veo obligado a llegar a un acuerdo con nuestro vecino fisgón.
gracias por su adverencia.
un abrazo.

montaman dijo...

querido vigilante.
eso es lo que tiene vivir en un piso-tumba como el mío. Aquí a veces tengo que golpearme la cabeza con la pared para no quedarme dormido.
Todo en su medida.
Abrazo

Gonzalo Vicente dijo...

Estimado Montaman, tu entrada me da la oportunidad perfecta para confesar que la suerte nunca me bendijo con vecinos minimamente presentables- y eso que he vivido en seis domicilios diferentes-.
En una película española de los años 80, titulada precisamente "Vecinos", Antonio Resines afirma categóricamente: "El mejor vecino es el vecino muerto". En este caso, tú vecino fisgón puede resultar hasta divertido (recuerda la película de Edwards "10").
Un saludo.

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Anónimo dijo...

Yo tengo, frente a mi ventana, un piso que alquilan a estudiantes/as y me asomo, de vez en cuando, para ver la calle e inevitablemente veo a los inquilinos. Como no quiero ser confundido con un mirón, un día encontré a una inquilina en la calle, me acerqué a ella y le dije que, desde mi ventana se veía su dormitorio.
La chica me contestó "muchas gracias, lo tendré en cuenta" y nada más.
Le aclaré que me da apuro asomarme a la ventana y parecer que estoy, exclusivamente, intentando violar su intimidad.
Desde ese día me saluda con afecto y, aclarado este extremo, yo me asomo a mi ventana con absoluta libertad, sabiendo que no soy molesto.

Tu redacción me ha gustado mucho.
Un beso.

montaman dijo...

Hola anónimo del día 29 del 10 del 2010.
Me sorprende que alguien siga leyendo estas cosas después de tanto tiempo. Me sorprende y me alegra.
Decirte que del voyeur no se nada más. EL barrio sigue sin leyendas, y el proyecto de parque se convirtió en uno hecho y derecho. Los árboles dejaron de ser enclenques. Visto así parece que todo es perfecto. Pero no es así. Sigo teniendo las camisetas tan viejas o más que hace 4 años y la vida transcurre con una normalidad desesperante. Aunque eso sólo te lo digo al oído. Nadie puede saber que la normalidad desespera. Me gustaría saber quien eres.