Desde esta perspectiva no puedo pensar en otra cosa que no sea salir corriendo.
Yo no corro demasiado bien. Es más, corro rematadamente mal. No mantengo una actitud atlética ante la vida. No soy un tipo nacido para ganar medallas. Medallas deportivas me refiero. Las otras, las militares ni se me pasan por la cabeza. Imagino; -medalla al mérito militar por su contribución al buen funcionamiento de esta horrible oficina y por su incansable ejercicio de pundonor y constancia a la hora de tratar con proveedores rabiosos, clientes histriónicos y compañeros que no acompañan.
La verdad es que visto así casi merecería esa medalla.
Me estoy deprimiendo.
1 comentario:
Venga ya.
No te deprimas que entonces somos dos.
Publicar un comentario